De un alto monte en la apacible falda
renavega desierta y escondida,
se extiende cual magnífica esmeralda
de mil matices mágicos teñida.
La atraviesa un arroyo cristalino,
que en vario movimiento se desata
retozando su líquido argentino
como una sierpe de luciente plata.
Con puros y magníficos colores
bordan su orilla, con vistoso alarde
las mil lozanas y gallardas flores
que embalsama el aire por la tarde.
En un rincón del valle silencioso,
se ve una choza humilde y blanquecina
que con su rayo trémulo y dudoso
de la tarde el crepúsculo ilumina.
Allí vive una niña en la eufonía
de la primera tierna juventud
de los padres la dicha y la alegría,
consuelo y galardón de su virtud.
El rumbo de las olas con la arena
en confusión perciben a lo lejos
y del día los últimos reflejos
tiñen al cielo amaranto y grana.
Colección de poemas y obras literarias de Juan Luis Yrivarren de la Puente, literato peruano nacido en 1879 en Lima Perú. Amigo de Euguren, Abraham Valdelomar y otros notables de la época, a quienes recibió y compartió charlas en su Casa Solariega.
lunes, 31 de diciembre de 2007
domingo, 30 de diciembre de 2007
A UNA COQUETA
Compasivamente...
Cabeza frívola y loca,
corazón sin sentimiento;
tú vas sembrando el tormento
con la sonrisa en la boca.
Sin comprender la ternura
que guardan los corazones
agostas las ilusiones
y aniquilas la ventura.
Destructora de la calma;
bellísima flor de histeria...
íOh virgen de la materia,
tienes pervertida el alma!
Símbolo de la inconstancia,
del engaño y del olvido:
eres la flor que ha perdido
su fragancia.
Marzo 16 de 1907
Cabeza frívola y loca,
corazón sin sentimiento;
tú vas sembrando el tormento
con la sonrisa en la boca.
Sin comprender la ternura
que guardan los corazones
agostas las ilusiones
y aniquilas la ventura.
Destructora de la calma;
bellísima flor de histeria...
íOh virgen de la materia,
tienes pervertida el alma!
Símbolo de la inconstancia,
del engaño y del olvido:
eres la flor que ha perdido
su fragancia.
Marzo 16 de 1907
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YRIVARREN
viernes, 14 de diciembre de 2007
CABALLERESCA
Heme puesto en el yelmo una blanca cimera.
A mi cabalgadura he ajustado el bridón.
y he partido al ocaso, en pos de una quimera
y busco amargas realidades vencer
a través de mi ilusión.
Nuevo Don Quijote he cruzado el camino,
Gallardo caballero, puesta en ristre mi lanza
acordándome, a veces, del yelmo de Mambrino
y deseando a mi lado, tener un Sancho Panza.
Pero el destino adverso me negó un escudero;
la vida me ha mostrado, perversidad y dolo…
Y triste y lentamente voy cruzando el sendero,
soberbiamente altivo y eternamente solo.
Por doquier he encontrado malandrines, truhanes,
la pérfida calumnia me rozó con su aliento;
y he tenido aventuras igual que los catanes
y echáronme por tierra los molinos de viento.
A mí no me ha vencido, jamás, un caballero,
jamás pudo alabarse nadie de hazaña tal,
y he sostenido siempre con altivez mi fuero
pero logró vencerme la indignidad del mal.
De regreso a mis lares, ya solo remembranza
igual que a don Alonso en su mustio lugar
abandonado y solo, lejana toda esperanza
¡Y ha de venir la muerte! ¡Ya podré descansar!
1920
A mi cabalgadura he ajustado el bridón.
y he partido al ocaso, en pos de una quimera
y busco amargas realidades vencer
a través de mi ilusión.
Nuevo Don Quijote he cruzado el camino,
Gallardo caballero, puesta en ristre mi lanza
acordándome, a veces, del yelmo de Mambrino
y deseando a mi lado, tener un Sancho Panza.
Pero el destino adverso me negó un escudero;
la vida me ha mostrado, perversidad y dolo…
Y triste y lentamente voy cruzando el sendero,
soberbiamente altivo y eternamente solo.
Por doquier he encontrado malandrines, truhanes,
la pérfida calumnia me rozó con su aliento;
y he tenido aventuras igual que los catanes
y echáronme por tierra los molinos de viento.
A mí no me ha vencido, jamás, un caballero,
jamás pudo alabarse nadie de hazaña tal,
y he sostenido siempre con altivez mi fuero
pero logró vencerme la indignidad del mal.
De regreso a mis lares, ya solo remembranza
igual que a don Alonso en su mustio lugar
abandonado y solo, lejana toda esperanza
¡Y ha de venir la muerte! ¡Ya podré descansar!
1920
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YRIVARREN
A JOAQUIN
A Joaquín, chico muy vivo
divertía su padrino
desapareciendo el vino
que existía en una copa,
-Eso es muy fácil yo lo hago
dijo Joaquín- ya verás
que llega el momento y ¡zas!
el vino desapareció.
El viejo atento miró
a Joaquín y dijo. Bien
veremos si tú también
tienes un poco de tino
y el chico que en su locura
no es de inteligencia poca
abriendo luego la boca
echó en ella todo el vino
y dijo: -¿Ya ves padrino?
1897
divertía su padrino
desapareciendo el vino
que existía en una copa,
-Eso es muy fácil yo lo hago
dijo Joaquín- ya verás
que llega el momento y ¡zas!
el vino desapareció.
El viejo atento miró
a Joaquín y dijo. Bien
veremos si tú también
tienes un poco de tino
y el chico que en su locura
no es de inteligencia poca
abriendo luego la boca
echó en ella todo el vino
y dijo: -¿Ya ves padrino?
1897
jueves, 5 de julio de 2007
A ABRAHAM VALDELOMAR
¿Para qué morir joven? ¿Para que una
obra de Arte y de Fe quede truncada;
y alumbren una tumba abandonada
los rayos misteriosos de la Luna?
¿Es que la vida humana tiene alguna
ironía cruel y despiadada,
que opone los abismos y la Nada
a la rueda feliz de la Fortuna?.
Pero no; vengadora de la Suerte,
despiertas en nosotros la memoria
de tu espíritu artista; más advierte,
que recordando tu pasada historia,
llegamos hasta ti para ofrecerte
vengarte de la muerte con la Gloria.
obra de Arte y de Fe quede truncada;
y alumbren una tumba abandonada
los rayos misteriosos de la Luna?
¿Es que la vida humana tiene alguna
ironía cruel y despiadada,
que opone los abismos y la Nada
a la rueda feliz de la Fortuna?.
Pero no; vengadora de la Suerte,
despiertas en nosotros la memoria
de tu espíritu artista; más advierte,
que recordando tu pasada historia,
llegamos hasta ti para ofrecerte
vengarte de la muerte con la Gloria.
- Presento en este poema escrito por el abuelo Juan Luis, una postal, escrita desde Roma, en 1913, por Abraham Valdelomar, dirigida al abuelo, donde expresa su amistad y los buenos momentos pasados en amenas charlas en la casa solariega, casa de Juan Luis, donde expresaba su cariño a muchos de los poetas de la época.
sábado, 30 de junio de 2007
ALEGRIAS
Mi genio es alegre
y todos me dicen:
¡que vida la tuya! Tú, no pasas penas
tú, nunca estás triste.
Y es que mis tristezas
las guardo invisibles,
pues mostrar las penas que tengo en el alma
de nada me sirve.
Y mientras yo sufro,
mis labios se ríen,
por eso me dicen: Tú, no pasas penas;
tú, nunca estás triste.
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Octubre 30 de 1905
y todos me dicen:
¡que vida la tuya! Tú, no pasas penas
tú, nunca estás triste.
Y es que mis tristezas
las guardo invisibles,
pues mostrar las penas que tengo en el alma
de nada me sirve.
Y mientras yo sufro,
mis labios se ríen,
por eso me dicen: Tú, no pasas penas;
tú, nunca estás triste.
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Octubre 30 de 1905
viernes, 29 de junio de 2007
A MI HIJA PILAR
Ven, cabecita alocada,
de la melena rizada,
la de los raros antojos,
que florecen madrigales,
tú la que tienes por ojos
unos mantos funerales.
Si a entristecerte se empeñan
los que no saben amar
y toda ilusión desdeñan
déjalos quietos estar
y ven conmigo a soñar
por todos los que no sueñan.
Aquieta, niña mía,
por un momento
esa tu fantasía
y escucha el cuento.
En un país de quimera,
que esta detrás de la bruma,
vive una niña hechicera
y que parece que fuera
hecha de copos de espuma.
Rojos los labios, muy bellos,
las mejillas de arrebol
ojos de vivos destellos
y que tiene los cabellos
hechos de rayos de sol
Y sucedió que una mañana
asomada a la ventana
vio pasar un trovador
que en notas de angustias llenas
iba vertiendo sus penas
y desengaños de amor.
La niña que no sabía
de maldad ni de falsía
que era buena y que tenía
un sensible corazón
al verle tan sin ventura
sintió indecible amargura
y le amó por compasión.
Pasó el verano y cayeron
amarillentas las hojas
con su ausencia las congojas
dolor y llanto se hicieron
y pálidas se volvieron
las que eran mejillas rojas.
¿Te duermes? Es loco empeño
el referirte a tu edad
cuento de amor que en verdad
sólo te producen sueño.
Ya tus párpados se empiezan
pesadamente a cerrar
vete hija mía a acostar
y no olvides de rezar
por todos los que no rezan.
Juan Luis Yrivarren de la Puente
de la melena rizada,
la de los raros antojos,
que florecen madrigales,
tú la que tienes por ojos
unos mantos funerales.
Si a entristecerte se empeñan
los que no saben amar
y toda ilusión desdeñan
déjalos quietos estar
y ven conmigo a soñar
por todos los que no sueñan.
Aquieta, niña mía,
por un momento
esa tu fantasía
y escucha el cuento.
En un país de quimera,
que esta detrás de la bruma,
vive una niña hechicera
y que parece que fuera
hecha de copos de espuma.
Rojos los labios, muy bellos,
las mejillas de arrebol
ojos de vivos destellos
y que tiene los cabellos
hechos de rayos de sol
Y sucedió que una mañana
asomada a la ventana
vio pasar un trovador
que en notas de angustias llenas
iba vertiendo sus penas
y desengaños de amor.
La niña que no sabía
de maldad ni de falsía
que era buena y que tenía
un sensible corazón
al verle tan sin ventura
sintió indecible amargura
y le amó por compasión.
Pasó el verano y cayeron
amarillentas las hojas
con su ausencia las congojas
dolor y llanto se hicieron
y pálidas se volvieron
las que eran mejillas rojas.
¿Te duermes? Es loco empeño
el referirte a tu edad
cuento de amor que en verdad
sólo te producen sueño.
Ya tus párpados se empiezan
pesadamente a cerrar
vete hija mía a acostar
y no olvides de rezar
por todos los que no rezan.
Juan Luis Yrivarren de la Puente
jueves, 28 de junio de 2007
PARA UN ÁLBUM
Yo soy un trovador desconocido
que vengo ante tus rejas a cantar
perdona si mi lira destemplada
pretende entusiasmada
tus gracias ensalzar
No soy el trovador que canta amores,
soy el que sólo pulsa su laúd
para cantar del alma la nobleza,
la gracia la belleza
el bien y la virtud.
1902
que vengo ante tus rejas a cantar
perdona si mi lira destemplada
pretende entusiasmada
tus gracias ensalzar
No soy el trovador que canta amores,
soy el que sólo pulsa su laúd
para cantar del alma la nobleza,
la gracia la belleza
el bien y la virtud.
1902
miércoles, 27 de junio de 2007
ADIOS A LIMA
Adiós Lima querido, adiós hermosa
ciudad en donde vi la luz primera;
parto a donde me lleva mi destino
adiós, última vez... ¡quizá no vuelva!
Adiós tierra querida
Lima galana;
me ausento de tus lares
con pena tanta
que siento por mis ojos
correr las lágrimas...
Lima: al partir te dejo
¡Te dejo el alma!
Quizá no vuelva a ver a los queridos
seres que dejo en tu querido seno
¡Adiós última vez! Lima: tus torres
ya se pierden confusas a lo lejos.
Dejo en Lima una madre
dejo una hermana;
que al venirme he dejado
desesperadas;
otras personas dejo
también amadas
Lima: Al partir te dejo
¡Te dejo el alma!
Muy lejos yo estaré; pero mi mente
estará fija en ti; Lima querido
los días tan felices que he pasado
¡no creas que echaré nunca en olvido!
¡OH Lima! en tu seno
dejo a mi amada
guárdala hasta que vuelva
Lima galana...
Lima: al partir te dejo
¡Te dejo el alma!
Adiós Lima querido; adiós hermosa
ciudad en donde vi la luz primera;
parto a donde me lleva mi destino...
Adiós, última vez... ¡Quizá no vuelva!
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Abordo del: "Loa", Mayo 20 de 1901
ciudad en donde vi la luz primera;
parto a donde me lleva mi destino
adiós, última vez... ¡quizá no vuelva!
Adiós tierra querida
Lima galana;
me ausento de tus lares
con pena tanta
que siento por mis ojos
correr las lágrimas...
Lima: al partir te dejo
¡Te dejo el alma!
Quizá no vuelva a ver a los queridos
seres que dejo en tu querido seno
¡Adiós última vez! Lima: tus torres
ya se pierden confusas a lo lejos.
Dejo en Lima una madre
dejo una hermana;
que al venirme he dejado
desesperadas;
otras personas dejo
también amadas
Lima: Al partir te dejo
¡Te dejo el alma!
Muy lejos yo estaré; pero mi mente
estará fija en ti; Lima querido
los días tan felices que he pasado
¡no creas que echaré nunca en olvido!
¡OH Lima! en tu seno
dejo a mi amada
guárdala hasta que vuelva
Lima galana...
Lima: al partir te dejo
¡Te dejo el alma!
Adiós Lima querido; adiós hermosa
ciudad en donde vi la luz primera;
parto a donde me lleva mi destino...
Adiós, última vez... ¡Quizá no vuelva!
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Abordo del: "Loa", Mayo 20 de 1901
lunes, 25 de junio de 2007
EL BARCO DE LA VIDA
Una nave es imagen
fiel de la vida;
va rompiendo las olas
su dura quilla.
Y atrás en tanto
la estela de su paso
se va borrando.
Desgarrando las velas
con brazo rudo;
va penetrando el hombre
en el futuro.
Y atrás en tanto...
¡Recuerdos del pasado...
os vais borrando!
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Trujillo, Junio 16 de 1901
fiel de la vida;
va rompiendo las olas
su dura quilla.
Y atrás en tanto
la estela de su paso
se va borrando.
Desgarrando las velas
con brazo rudo;
va penetrando el hombre
en el futuro.
Y atrás en tanto...
¡Recuerdos del pasado...
os vais borrando!
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Trujillo, Junio 16 de 1901
COMO LAS OLAS, COMO LAS AVES, COMO LAS ROSAS
Por las quimeras, por los ensueños
por las penumbras, las lobreguras
y los misterios
rodeaba triste
mi pensamiento,
breves instantes me he detenido
por esos reinos.
Cerca de un claro que hay en el bosque
todo cubierto de verde alfombra
hay dos siluetas
que se recortan
en la penumbra tenues muy tenues
entre las sombras.
Esas siluetas son proyecciones
de humanas formas
se van juntando, muy lentamente
luego sus bocas
se han acercado, muy silenciosas
en mudo beso lánguido y débil
entre las sombras...
De pronto un claro rayo de luna
luce en la fronda
las dos siluetas
cambian de formas
y se convierten en unas ramas
largas ruidosas
cuyos extremos como coronas
tienen dos rosas
que están muy juntas, que están marchitas
que están muy tristes, que se deshojan...
Juan Luis Yrivarren de la Puente
por las penumbras, las lobreguras
y los misterios
rodeaba triste
mi pensamiento,
breves instantes me he detenido
por esos reinos.
Cerca de un claro que hay en el bosque
todo cubierto de verde alfombra
hay dos siluetas
que se recortan
en la penumbra tenues muy tenues
entre las sombras.
Esas siluetas son proyecciones
de humanas formas
se van juntando, muy lentamente
luego sus bocas
se han acercado, muy silenciosas
en mudo beso lánguido y débil
entre las sombras...
De pronto un claro rayo de luna
luce en la fronda
las dos siluetas
cambian de formas
y se convierten en unas ramas
largas ruidosas
cuyos extremos como coronas
tienen dos rosas
que están muy juntas, que están marchitas
que están muy tristes, que se deshojan...
Juan Luis Yrivarren de la Puente
domingo, 24 de junio de 2007
¡ASI!
Así como las ondas, que nacen del océano
así como ellas ruedan y rugen con furor;
en este mar inquieto de afectos y pasiones,
así nació mi amor.
Así como las ondas, creciendo van inquietas
de espuma coronadas, con sórdido rumor
en lo hondo de mi pecho, así creció impetuoso
así creció mi amor.
Así como las olas se estrellan en la playa
y mueren tras un sordo murmullo aterrador
así al choque fortísimo contra tu cruel olvido
así murió mi amor.
Juan Luis Yrivarren de la Puente
1897
así como ellas ruedan y rugen con furor;
en este mar inquieto de afectos y pasiones,
así nació mi amor.
Así como las ondas, creciendo van inquietas
de espuma coronadas, con sórdido rumor
en lo hondo de mi pecho, así creció impetuoso
así creció mi amor.
Así como las olas se estrellan en la playa
y mueren tras un sordo murmullo aterrador
así al choque fortísimo contra tu cruel olvido
así murió mi amor.
Juan Luis Yrivarren de la Puente
1897
viernes, 22 de junio de 2007
DUDAS
Hay días alegres
hay noches de luna
cuya leve brisa, fresca y olorosa
inunda a los seres de suave ternura;
pero hay otros días
cubiertos de bruma
sin luz, ni colores, como hay otras noches
sombrías y oscuras.
Así es en las almas;
hay horas de goce, horas de ventura
de amores tranquilos, cual las bellas noches
que brilla la luna
y otras de tristezas,
de penas y angustias.
Mis días alegres,
se borran, se esfuman,
pues tengo en mi mente
clavada una duda,
que llena mi vida, de amargos dolores
penas y amarguras.
Allá, en lontananza,
se oculta la luna,
su luz va muriendo
¡ya, casi, no alumbra!...
la noche se vuelve
¡sombría y oscura!...
recuerdos dichosos,
de noches con luna;
momentos pasados, de gratos recuerdos
llenos de ternura,
venid a alumbrarme
llevaos mis dudas...
Mas, esa es la vida;
¡la dicha pasada, no vuelve ya nunca!
¡Oh días opacos,
cubiertos de bruma!
¡Oh, noches sombrías;
oh noches oscuras!...
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Octubre 17 de 1905
hay noches de luna
cuya leve brisa, fresca y olorosa
inunda a los seres de suave ternura;
pero hay otros días
cubiertos de bruma
sin luz, ni colores, como hay otras noches
sombrías y oscuras.
Así es en las almas;
hay horas de goce, horas de ventura
de amores tranquilos, cual las bellas noches
que brilla la luna
y otras de tristezas,
de penas y angustias.
Mis días alegres,
se borran, se esfuman,
pues tengo en mi mente
clavada una duda,
que llena mi vida, de amargos dolores
penas y amarguras.
Allá, en lontananza,
se oculta la luna,
su luz va muriendo
¡ya, casi, no alumbra!...
la noche se vuelve
¡sombría y oscura!...
recuerdos dichosos,
de noches con luna;
momentos pasados, de gratos recuerdos
llenos de ternura,
venid a alumbrarme
llevaos mis dudas...
Mas, esa es la vida;
¡la dicha pasada, no vuelve ya nunca!
¡Oh días opacos,
cubiertos de bruma!
¡Oh, noches sombrías;
oh noches oscuras!...
Juan Luis Yrivarren de la Puente
Octubre 17 de 1905
POEMAS-YRIVARREN
En este blog de poemas, presentaré los poemas, del literato Juan Luis Yrivarren de la Puente, mi abuelo, cuyo trabajo no fue publicado totalmente. Rindo de esta manera un homenaje a Juan Luis, a su fina vena poética, cuyas cualidades de dramaturgo fueron reconocidas en su època. A él, mi reconocimiento, por ser un ser humano, de gran valía, y por haber tenido un gran corazón.
Me encargaré de situar su nombre, en el sitial que le corresponde, y dar a conocer, su obra, como contribución a las letras peruanas, aunque poco conocida, sin ser ello motivo, para tener gran valor.
Juan Luis, quien supo acoger en aquella Casa Solariega de antaño, la de sus padres, a toda una generación literaria, con la cual compartió, debatió y supo ganarse la amistad de grandes como Euguren, Yerovi, Abraham Valdelomar, y otros tantos de aquella celebérrima generación, quienes en jornadas literarias inacabables, compartieron, en medio del calor, de una mesa sencilla, una conversación amena, y algunos cafés y cigarillos; junto a una buena botella, del reconocido pisco peruano, de aquellos, que se preparaban ya, en la centuria del 1800.
Juan Luis Yrivarren de la Puente, a quien no conocí en vida, nació en 1879 y murió tempranamente en 1935, cuando contaba sólo con 56 años y un futuro promisorio.
Pedro Pablo Yrivarren
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